Manuel Pizarro: un neo-con a la española. El último fichaje catalanófobo y chulesco del PP.

En los últimos días, el PP ha dado una vuelta de tuerca más en su empeño desmedido de convertirse en el partido conservador menos democrático y liberal de Europa occidental.

Herederos legítimos –como son- de la no tan lejana dictadura nacional-católica franquista, ven en las acciones autoritarias de sus dirigentes algo encomiable, cuando son, esencialmente, signos inequívocos de falta de democracia interna.

Lo que la marioneta barbuda del melenudo Aznar le ha hecho a Gallardón es de una crueldad de la que no creía ser capaz a Rajoy.

Humillarlo de ese modo, delante de Esperanza Aguirre (ya saben, la lectora nº1 de la “famosa” escritora “Sara Mago”) y del ínclito Ángel Acebes (ya saben, aquel del quien diga que no fue ETA es un miserable) no sólo es un acto de desprecio y de humillación innecesarios, sino cruel, muy cruel, esencialmente malvado. ¡Manifestación pura de la derecha española eterna!

Y todo ello aderezado del nombramiento de Pizarro como nº 2 en la ya derrotada lista electoral del PP por Madrid, que ha confeccionado don Mariano para las cercanas elecciones legislativas del 9 de marzo.

No quiero perder demasiado el tiempo con Pizarro. Es un personaje de derechas, muy de derechas. Y no alcanzo a entender cómo pretenden presentar como “activo” electoral a un multimillonario (2.000 millones se llevó el hombre), de escasa formación económica (es jurista, realmente), miembro del Opus Dei y un radical conservador, contrario a las políticas sociales, con expresiones del tipo: “el dinero donde mejor está es en el bolsillo del contribuyente” – Vamos, que ni George Bush lo habría dicho más claro.

Además, es un hombre al que se le ha acusado de una mal disimulada catalanofobia. Sin duda, en esto no se diferencia demasiado de cualquier otro dirigente del PP español. Pero este “muchimillonario” Pizarro tiene en su haber esa intervención chulesca, al más puro estilo castizo madrileño, ante el Parlament Nacional de Catalunya, donde negó la menor responsabilidad de ENDESA en los apagones estivales perpetrados en Barcelona.

¿Y cómo se atreven a negar, desde la Brunete mediática, que este tipo es un enfermo catalanófobo? ¿Cómo se atreven a ignorar que este individuo, blandiendo un ejemplar de la Constitución española a modo de Biblia en manos de un predicador evangélico, pronunció lapidarias sentencias como las siguientes?:

- “No seré nunca empleado de La Caixa”

- “Se pone en compromiso toda la estructura institucional española”

Y todo porque Gas Natural, empresa catalana participada mayoritariamente por La Caixa, lanzó una OPA sobre ENDESA, provocando la ira de la Brunete mediática y de la derecha madrileño-españolista, que no aceptaban que ENDESA “dependiera de Cataluña”.

¿Se pone en compromiso todas la estructura institucional española porque una empresa catalana –no alemana, como prefería Pizarro- controlara ENDESA? ¿Para qué exhibía la Constitución española de ese modo en una cuestión que era, exclusivamente, económica? Ya me gustaría ser a mí uno de los abogados de La Caixa, por cierto. No sé qué mal tiene tal cosa… porque no se refería a que fuese… ¡catalana!, ¿verdad?

El PP ha renunciado, definitivamente, a Catalunya. Saben que obtendrán más de fomentar el enfrentamiento España-Cataluña en esa España profunda y negra, tan antieuropea como reaccionaria. La España castellana monolingüe, que en pleno siglo XXI sigue gritando: ¡Vivan las cadenas! ¡Viva Pizarro! ¡Aquí se habla en cristiano! ¡Vivasssspaña, coño!

Lectura recomendada: “¿Decisivos para qué?”, de Joan B. Culla

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