
Tuvo que ser en la televisión pública del Estado (TVE-1) -y no en esas emisoras privadas, monotemáticas en transcendentales debates sobre el petardeo “famosil”- donde se estrenara un programa, de contenido político, con una excepcional buena acogida por parte de los espectadores.
“Tengo una pregunta para Usted, Sr. Presidente” obtuvo en la noche del martes 27/03/2007 una
cuota de pantalla del 30.3%, superando, por ejemplo, a la insoportable serie “Los Serrano” y a la magnífica “House” (una fantástica serie, que recomiendo muy sinceramente).
El nuevo formato de programa ofrece a un centenar de ciudadanos –elegidos por criterios demográficos, para que sean representativos de la población del Estado- la oportunidad de interrogar a sus políticos, comenzando ayer noche con el
Presidente Rodríguez Zapatero.
La actuación del Presidente me pareció buena, en ocasiones brillante y próximo, aunque en varias preguntas usó en exceso de la cintura política que suelen usar nuestros representantes democráticos entre ellos, olvidando que quien le hacía la pregunta no era un político profesional, sino un ciudadano.
Se tocaron temas de una enorme variedad, pero todos ellos eran los
temas reales que preocupan a la ciudadanía, que nos encontramos todas y todos en nuestra vida diaria, destacando:
vivienda, empleo, salarios, políticas sociales,… Pero también ha habido lugar, por ejemplo, para cuestionar el enorme gasto de la monarquía y proponer una
República como mejor forma política para el Estado (me sumo a esa propuesta, desde luego), así como para cuestiones como
ETA y el asunto de
De Juana Chaos. Lo importante ha sido que todos esos temas se han tratado con educación, respeto, con sinceridad, proponiendo el debate y no la crispación o el insulto –algo que ha criticado, acertadamente, una de las interpelaciones ciudadanas al Presidente-.
¡¡¡Qué lejos estaba todo del clima hostil, del mundo irreal y caótico, en el que se mueve el Partido Popular!!!¿Dónde estaba esa España
rota,
desmembrada, de Rajoy & Co.? ¿Dónde está ese
caos, ese fin del mundo, que auguran y predican las
ondas episcopales,
el InMundo panfleto Pedrojotero o, en general, esa
Brunete Mediática tan madrileña, tan centralista, tan distante del resto de España, tan alejada de la realidad de la vida cotidiana de los ciudadanos y pueblos de la plurinacional España?
Mal pintaron ayer las cosas para quienes necesitan de exacerbar los ánimos
ultraderechistas y sacar a la calle a
falangistas de camisas azules, junto a
niñatos y niñatas (¡en buena paridad!, al menos!) de buena familia a las puertas de la Fiscalía General del Estado. Sus ideas y sus banderas desprenden un
olor a naftalina insoportable, con esas espantosas y criminales flechas y yugos etiquetando, perfectamente, a sus portadores, dejando las calles madrileñas por las que se pasean los sábados por las tardes,
llenas de cagarrutas de sus aguiluchos franquistas.
¿Será que frente a la Ley de Igualdad o la Ley de Dependencia, el PP sólo pretende quemar España para poder gobernar sobre sus cenizas?Suscribo, íntegramente, las palabras del Sr. Polanco (quien, por cierto, no parece que sea un aguerrido sindicalista o un ultra antisistema… ¿será porque es representante de un sector de la alta burguesía por lo que le ha “dolido” tanto al PP?). Efectivamente, y
o también lamento que en España no exista una derecha "moderna, laica y democrática".
Una crítica final merecen algunas –no pocas- intervenciones ciudadanas. Y es que ejemplificaban, perfectamente, un cierto carácter español con aquello de
“Y qué hay de lo mío?” Quiero decir que muchas personas –varias de las cuales se expresaron con una enorme dificultad, manifestando una enorme carencia de formación y hábito de lectura, incluso, como fue el caso de una señora que no acertaba a leer ni su propia letra- se centraban en sus problemas particulares, exclusivamente, manifestando una despreocupación absoluta por la pregunta que había formulado la persona que tenía al lado. Hombre, es comprensible hasta cierto punto, pero quedaron bastante mal porque me convencieron de una cosa: de las 101 personas que intervinieron,
yo sólo votaría a una para ser Presidente de España. Y, precisamente,…
¡para su reelección! (¿Se ha entendido?)
Por cierto, finalmente,
¿por qué narices se centran la mayor parte de los medios en la pregunta del cafelito a 80 céntimos? En primer lugar, la pregunta fue respondida acertadamente, porque en muchos lugares de España vale eso e incluso menos. Del mismo modo que en Barcelona te puede costar el triple en según qué sitios, o justamente la mitad en otros. Además, en segundo lugar, es una pregunta típica y tópica, más que conocida y usada en países de mayor tradición democrática, que suele servir para tratar de poner en evidencia la distancia del político-dirigente del mundo cotidiano. Aunque en este caso no fue así, porque 80 céntimos es un precio correcto (según parece ser, es lo que cuesta un café en la cafetería del Congreso) y más que razonable la respuesta para alguien que, evidentemente, hace años que no puede tomarse un café o leer el periódico en un bar de barrio, como lo haría el del abuelo Patxi.

¡Uy, perdón!, que me olvidaba de comentar una cosa. Como muy bien señalaba
Ricardo Royo, en su
magnífico blog “A Sueldo de Moscú”, el ínclito Jiménez Losantos va a ser el primer miembro de la Brunete Mediática (aunque éste forma parte de los
comandos obispales de intervención ultra) que deba, no sólo romper el boicot pepero a PRISA, sino que
va a contribuir, directamente, a la financiación de entidades cívicas en defensa de la lengua catalana, merced a la
resolución condenatoria de la Audiencia Provincial de Barcelona, de 60.000 €, que ha caído sobre el locutor estrella de las ondas ultra-episcopales.
(
Lean y disfruten la noticia en El País)